jueves, 31 de enero de 2013

CLIENTES TIPO. GRUPO 1. Subcategoría 1

En el tiempo que llevo tratando con pasajeros de compañías aéreas de bajo coste he identificado con claridad a dos grupos de clientes: los que están locos y los que no lo están.

Dentro de estas dos grandes grupos existen subcategorías que dan para un blog entero pero hoy me voy a ocupar tan sólo de las del primer grupo que tienen más chicha.

GRUPO 1: LOCOS DE REMATE
        Subcategoría 1: Clientes bipolares
        Subcategoría 2: Clientes sin rumbo
        Subcategoría 3: Clientes rarunos

SUBCATEGORÍA 1:
Aquí incluyo casi siempre a los que vienen rebotados de la puerta de embarque porque no les han dejado embarcar (miedito) o porque les han desembarcado (mucho miedito). Suelen llegar suaves como la seda, explicándote lo malos que son tus compañeros y lo mucho que apreciaban ellos a la compañía antes de 'este desagradable incidente'. Te cuentan que no entienden lo que ha pasado y después de que me lo cuentan juro que yo, la mayoría de las veces, tampoco lo entiendo. Como ejemplo una señora a la que echaron del avión por pedir ayuda a la tripulación para subir su equipaje al portaequipajes. Muero por oir la otra versión.
Yo escucho pacientemente, empatizo con mis gestos, asiento para demostrar que estoy atenta y cuando terminan les digo que le entiendo, que vaya por dios pero que yo lo único que puedo hacer es venderles un billete para el siguiente vuelo disponible...y corro a resguardarme en el refugio antimisiles habilitado en el sótano.
Aquí se desata la fiera. Recibimos (yo, la compañía, el aeropuerto, el avión y el país en su conjunto) todos las descalificaciones habidas y por haber. Tras unos minutos de gritos, aspavientos y espumarajos por la boca, con voz firme y gesto serio (que no se note el miedo) repito que lo único que puedo hacer es blablabla...y añado que o se calma o no se lo vendo (la 'ice queen' me llaman).
Ante la perspectiva de quedarse en tierra, retoman el primer estado de calma y dulzura y acceden a pagar el nuevo billete. Y si es un 'subcategoría 1 puro' esta sería la secuencia de sucesos hasta el infinito y más allá.
Pasajero con billete en la mano: vuelta al estado 1 de histeria
Agente de ventas: amenaza de no embarcar
Pasajero: estado 2 de calma
Agente de embarque: embarca a pasajero
Pasajero: estado 1 de histeria
Tripulación: Desembarque de pasajero
Y el resto ya lo conocéis.

lunes, 28 de enero de 2013

DISTANCIA

Nunca he sido yo de ponerme reivindicativa en público pero últimamente lo que más me revuelve por dentro es la percepción de que en nuestro país se está abriendo una grieta bien gorda entre los que tienen dinero y los que no lo tienen. Toma análisis sociológico profundo.

Y no estoy hablando sólo de cuestiones pecuniarias.Me refiero más bien a una distancia en la percepción de la realidad, en el entendimiento mutuo, hablo de una falta preocupante de empatía.

Hoy estaba tomándome mi cafecito de máquina antes de entrar a trabajar en la sala que compartimos  los empleados de la empresa cuando una chica vestida de marca de la cabeza a los pies, con peinado de peluquería, bronceado de máquina y manicura de diseño hizo unos cuantos comentarios despectivo sobre lo sucio que está el aeropuerto.

Efectivamente el aeropuerto está que da asco porque la empresa de los servicios de limpieza  quiere echar a un nutrido número de trabajadores y éstos han decidido ponerse en huelga. Los muy guarros- fue lo único que le faltó apostillar a la señorita en cuestión y a su corrito de amigos que hablan con eses sonoras.

Yo he visto pasar por delante de mis narices a señoras de 50 años gritando consignas para defender sus derechos y lo primero que he sentido es tristeza. Porque seguro que llevan años limpiando el aeropuerto para llevar dinero a sus casas y porque me imagino lo difícil que será para ellas empezar de nuevo. Puedo intuir su angustia y su rabia. Qué quieres que te diga, las entiendo. Y ni por un momento pienso cosas como las que he tenido que escuchar; - qué cerdos, es que manchan a propósito para fastidiar. - Me parece increíble, vaya imagen que estamos dando.

Pues sí, vaya imagen...

Me quedé con las ganas de saber qué harían ellas en su lugar. Va a ser que ni se acercan a imaginarse en su lugar. Lo dicho. Demasiada distancia.

domingo, 27 de enero de 2013

YO AVISO

El otro día estaba hablando con mi novio y recordé una de las múltiples injusticias a las que me veo sometida en mi trabajo cada día. Con el acaloramiento e indignación que me producía recordar la poca vergüenza con la que un encargado obviaba mis derechos salió de mi boquita (textualmente) la siguiente frase:

Que te crees mamón? me meo en tu cara, gilipollas!

Repito: me-meo-en-tu-cara-gilipollas

A mi novio, que sabe de sobra que yo para la cosa del hablar soy muy fina, se le escapó un grito ahogado y dejó de respirar un minuto como mínimo. Yo pegué un respingo y me llevé la mano a la boca, no sé si para negar la evidencia o para evitar otro exabrupto semejante.

Esto cualquier día revienta. Yo aviso.

jueves, 24 de enero de 2013

MEJOR NADA QUE ESO

Tengo un trabajo de mierda. No se me ocurre otro calificativo mejor (o peor).

A día de hoy es casi pecado quejarse de un trabajo y cuando lo haces ya sabes lo que vas a obtener como respuesta: 'mejor eso que nada'. Siento pena, o miedo, o rabia o impotencia. O todo junto.

Al contrario que la mayoría yo intento cada día convencerme de que 'mejor nada que eso', para vencer el miedo y dejar de aceptar cosas que  'mi yo sin miedo' no quiere aceptar.

El problema es que me han educado para dos cosas que en mi situación son difíciles de conciliar. Ser autosuficiente y no aceptar las injusticias.

Que una empresa se crea en el derecho de disponer de mi vida (mi ocio, mi tiempo, mis planes, mis compromisos) a su antojo por un sueldo por debajo del salario mínimo interprofesional...no es justo.
Ser autosuficiente sin un sueldo...no es posible.

Y ahí voy. Peleándome conmigo misma cada día cuando la verdadera pelea debería ser otra.