viernes, 10 de febrero de 2012

LA INCERTIDUMBRE ES UN ESTILO DE VIDA

Hoy vuelvo a utilizar esta herramienta como sistema de procrastinación. Tengo una obliglación ineludible a la que atender pero me apetece posponerla un rato. El tiempo que me llevará escribir esta entrada. Se me perdona.

Me repito. A mis 35 años sigo siendo estudiante. Sigue encogiéndoseme el estómago por la incertidumbre de no saber qué estaré haciendo los próximos meses y de no saber cuándo se van a cumplir los sueños que me rondan la cabeza. Esos sueños que he despellejado hasta dejarlos reducidos a la mínima expresión, libres de superficialidades, esencia pura.

En el pasado nunca hubiera imaginado el tener que esforzarme tanto para conseguir el par de cosas que piensas que la vida trae de serie (la vida de este primer mundo que amenza con descender a segunda). Este pensamiento me hace sonreir.
He renunciado a dramatizar, no culpo a nadie de mis carencias y no espero que nada llegue sin pagar su justo precio. Ya no me gusta quejarme, paso del derecho al pataleo.
Hago lo que puedo y obtendré lo que sea.

Esperemos que "lo que sea" sea suficiente.