Nos vamos haciendo día a día. Yo noto que me reconstruyo continuamente, y que hoy soy siempre un poco diferente a ayer. Porque he vivido un poco más, porque tengo más experiencia y porque las situaciones a las que me enfrento me hacen tomar decisiones a las que nunca me había expuesto antes. Hay días parecidos, pero nunca son iguales. Es ese pequeño matiz el que me hace crecer. Evolución se llama, ¿no?.
Creo que el ser tan consciente de este cambio continuo me vuelve más vulnerable. Pero también más yo. Porque si ayer pensé que algo era bueno (o malo o regular), hoy hago el ejercicio de reevaluarlo para saber si lo sigue siendo. No doy nada por sentado y eso exige un esfuerzo extra. Supongo que sería más cómodo aferrarme a unos esquemas mentales elaborados hace un tiempo, y despreocuparme por si se quedan obsoletos. Utilizar la frase 'es que yo soy así' y hala, a tirar p'alante. Pero no puedo, 'yo no soy así'. Aprendo y desaprendo, que aunque la vida es lineal, mis procesos internos no lo son, y pruebo, experimento, asumo, me desmiento, reacciono, hago y deshago.
Y me equivoco, claro, me equivoco mucho. Pero porque me atrevo a vivir. Y procuro meter la pata con dignidad, y perdonarme. Que ya hay en el mundo mucha rabia y mucha irritación como para además estar enfadada conmigo misma. De eso nada.
:)