domingo, 22 de febrero de 2009

LLEGUÉ

La ciudad de Esbjerg fue fundada de la nada en el 1868 cuando el gobierno danés decidió instalar un puerto en lo que hasta entonces sólo era una esquina desolada, sombría y remota del país. Es por eso que no hay demasiada historia que visitar en los alrededores y se me hace difícil planearme visitas culturales para estos domingos de cielo gris.

Pero Esbjerg tiene mar y sentarme en su orilla y respirar salitre siempre me ha parecido una forma inmejorable de pasar una mañana de domingo. El mar no es obvio aquí, está oculto tras una inmensa pantalla de grúas, naves y contenedores que se extienden a lo largo de la costa recordándole a la ciudad quién manda.
Como tengo tiempo y energía decido por segunda vez desde que estoy aquí llegar al mar, al de verdad, al que está sin construir. Cojo mi mapa, mis guantes y mi abrigo y me pongo a andar.
Pasito a pasito, una hora después recibo mi recompensa....

El mar del Norte

Y playa desierta para pasear....

'El hombre encuentra el mar' (muy apropiado)


9 metros de hieratismo danés

Ahora me comeré unas frikadeller para recuperar energías. Feliz resto de domingo

4 comentarios:

Nat dijo...

Para qué te voy a mentir, tanta tranquilidad me tiende a desesperar un poco... Aunque para dar un paseo un domingo por la mañana no está nada de mal...Seguro que recobras energías!
Besitos

mxg dijo...

Parece MUY tranquilo el sitio. Bonitas las fotos.

LA MARU dijo...

'MUY' se queda MUY corto, cuñado...

Lucía dijo...

feos son los tipos enormes por Dios!
Pero la playa es muuy bonita, que temperatura hacia?
Un besito