domingo, 17 de mayo de 2009

Luz cenital

Siempre que vengo a la universidad en domingo tengo la sensación de que el mundo se ralentiza. Paso mi tarjeta de estudiante por el lector, tecleo la clave y la puerta automática de entrada me da la bienvenida al universo paralelo. Silencio absoluto, sólo el sonido de las teclas tecleadas y el ruido monótono del ventilador del ordenador. Noy hay nadie en el edificio. Aprovecho para deambular por los pasillos desiertos echando miradas furtivas al interior de las aulas vacías. Me siento (o me espatarro, que aquí no rigen las normas sociales) en los sofás del hall mientras leo el artículo de turno acompañado de un café de máquina. Es importante tener cambio en este lado de la realidad si no te quieres morir de hambre.

La temperatura es agradable y la burbuja de ventanales me aisla del exterior, y hasta de mi interior. Si algo está pasando fuera (o muy dentro) ya no es asunto mío. Estoy del otro lado, aquí no pasa nada.

6 comentarios:

Nat dijo...

Me da un poco de impresión esa luz, es como si algo estuviera a punto de estrellarse encima... La próxima vez lleva un casco, vale?
Besos

mxg dijo...

No es un lugar para estar un domingo, es peligroso.
Pasar los domingos ahí te cambiara: primero temeras la luz natural, despues de volveras antisocial y te va a costar relacionar con gente fuera de este mundo y al final...
Lo he visto muchas veces, cuidado.

Lucía dijo...

es frio..... será porque es danés?
Un biquiño!

Miriam dijo...

Pichón,

Yo no es por nada, pero parece el comienzo de una peli de terror...

Moncho y yo dijo...

El cambio es algo imprescindible en todas las etapas de la vida jajaja En mi realidad, la oficina, todo se rigen por máquinas expendedoras de vending, si no hay monedas, no hay futuro.

Me encantan los lugares desiertos.

Mua!

Jabolka dijo...

Ten cuidado con quedarte dormida en los sofas, que seguro que hay camaras de seguridad y todavía te veremos en algun programa de camara oculta...