domingo, 26 de abril de 2009

ASÍ NO

No me gusta decepcionar a la gente que me importa pero me gusta aún menos decepcionarme a mí misma. La sensación de saber que algo no lo he hecho bien y sobre todo la de saber que podría haberlo hecho mejor son cualquier cosa menos placenteras. Duelen en el amor propio que tanto me cuesta cultivar. No me valen las excusas de ida y vuelta que rebotan contra el muro de remordimientos. Me lo tengo merecido. Combino los papeles de juez y juzgado en un sólo cuerpo y con la sentencia de culpable encima de la mesa no me queda más remedio que sentirme mal por tener que reprobarme y volver a sentirme mal por recibir la reprimenda.
Ya tengo mi castigo. La próxima vez lo haré mejor.

5 comentarios:

Miriam dijo...

También puedes ser un tribunal popular y declararte inocente :-)

Eva dijo...

A mí tampoco me gusta nada de nada decepcionar.

Anduriña dijo...

bueno mujer, hay que ser un poco tolerante con los demás y consigo misma, seguro que no es tan grave la cosa.

BICOS

Anónimo dijo...

eh, eh, eh... qué ha pasado???????
Definitivamente, me he perdido algo,pero a no ser que hayas matado a alguien, no te mereces ese trato... y menos de ti misma.
xxx
Marga

pilar dijo...

me no entender pero tu tener mi apoyo :))))