PRE-NATAL

En la oficina nadie hace nada. Se nota en el ambiente. Buscamos cualquier excusa para levantarnos de la mesa y cotillear. Estamos en fiestas, es lo que tiene.

Yo me dejo inundar por la relajación. No estoy como para ir contracorriente en estos momentos. Ni siquiera me apetece pensar para escribir este blog.

Sólo me estresa la idea de que es jueves, el lunes es Nochebuena y no tengo regalos para nadie. Como siempre.

Compraré tarde, mal y arrastro. Y me darán taquicardias y un terrible sentimiento de culpabilidad.

Hoy tengo cena de Navidad en el piso. Yo voy a cumplir con mi parte del trato, voy a cocinar el primer plato (un delicioso pastel de abadejo, rape y langostinos) pero mucho me temo que mis compañeros varones se han relajado tanto que cuando yo llegue a casa no sabrán ni siquiera lo que van a cocinar. ¿Se me nota en la cara, verdad? Se ve que al final tomaré yo las decisiones y trabajaré el doble. Ellos lo saben. Yo sé que lo saben. Y quisiera enfadarme. Pero estamos en Navidad ¿no?

Que no estoy ni para enfadarme, vamos.

Ay...la vida...Hoy le dije al 'jefazo' que me iba. Se alegró por mí (tanta alegría ya me está mosqueando...) me dio un abrazo, me dijo que me hará una carta de recomendación y que muchas gracias por los servicios prestados.

Ayer mi ex me dijo que todavía me quiere...normal. Pero ya no estoy para pensar, es Navidad.

Nada me preocupa demasiado. Porque todo pasa. Y ha llegado mi sobrina y cada día que pasa la quiero más. Su sonrisa me mata.

La tuya también

FELICES FIESTAS