lunes, 16 de abril de 2007

VIL METAL

Es el tercer blog que empiezo hoy y creo que lo voy a dejar por imposible. No estoy inspirada, mira que tendría cosas que contar pero no me apetece. Como me decía ayer mi prima la de Nueva York si de mi vida hicieran un culebrón televisivo ella lo vería todos, todos los días. ¿Será que está empezando a funcionar la terapia? Yo siempre escribí en épocas revueltas de mi vida y siempre dejé de escribir cuando las cosas volvían a su cauce. Aunque este no es el caso. Estoy más revuelta que nunca.
Hoy tengo la entrevista de trabajo de la que os hablé y me da pereza ir. Iré porque no me gusta dejar pasar oportunidades sin ni siquiera saber qué es lo que me pueden ofrecer pero eso no quita que me dé pereza. Hay veces que me gustaría ser transparente y no tener que contarle a la gente lo buena que soy y lo bien que puedo hacer las cosas. ¿Es que no se me nota? Pues no, tendré que disfrazarme de chica formal y fingir lo super-proactiva que soy (¡lo que le gusta la palabrita a los de Recursos Humanos!), lo mega-agresiva que puedo resultar en las negociaciones (nada más lejos de la realidad) y lo hiper-idonea que soy para el puesto. Se van a cagar :-)
Tengo un problemita, el maravilloso tratamiento crece-tetas trae daños colaterales asociados (pero lo de las tetas es verdad, doy fe, como el Luisma) y es que el maravilloso Dr. Iglesias no me había hablado de las náuseas y los pinchazos abdominales mañaneros. Y claro, ir así a una entrevista, con mis condiciones físicas mermadas...pues no sé yo...¿ a qué al Ronaldinho no lo hacen jugar con un esguince, eh?
Pero sinceramente, me encantaría llegar allí y que por una vez me sorprendieran ofreciéndome una cantidad de dinero que me hiciera sentirme valorada, como la profesional que soy. Quiero dejar de sentirme culpable por ir a la peluquería una vez cada tres meses o por tomarme un café (de más de 80 céntimos) a media mañana. Quiero dejar de tener que posponer viajes porque mis nervios dentales decidan infectarse o porque la policía local quiera recaudar dinero para las arcas municipales a costa de mi pobre coche (aún por pagar) que no hace daño a nadie. Quiero poder darme un capricho más allá de ir al cine o comprarme una camiseta de 10 euros en el Strafalarius.
Bueno, voy a seguir con lo mío, que es reservar e intermediar, ¡qué triste vida la del intermediario que se lleva las culpas de lo que sale mal y ni un halago cuando las cosas funcionan!
Y prometo no quejarme más en lo que queda de semana. Porque a pesar de todo soy feliz. Y acaba de llegar el informático...ay...puta primavera.
Ya os contaré.
BIQUIÑOS

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Solución: buscate a un millionario o vete a una isla hippie prescindiendo de las necesidades sociales que nos imponemos nosotros mismos. Realmente necesitamos ir la peluquería? o ir a ver una batalla de 2 horas en la que se mata gente indiscriminademente cuyo coste monetario es el que resultaría sacar medio país de África del hambre..?

La Sole.

Eva dijo...

Qué dura eres Sole!

Claro que necesitamos ir a la peluquería (pero que sea buena, por favor). Mi última visita a la pelu por poco me hunde en la miseria... pero cuando me dejan (más) guapa se me sube la autoestima por las nubes.

Y el cine es arte, aunque no necesariamente todo, pero quién no se siente mejor persona después de haber visto, por ejemplo, "Fresa y Chocolate"?

Que sí, que necesitamos cine, peluquería, viajes y el cafecito con los amigos... y lo malo es que cuestan dinero...

Eva dijo...

Maru, también podías haber titulado tu blog de hoy "Poderoso Caballero"

Eva dijo...

Y suerte con la entrevista (si es que la necesitas o la quieres)

Anónimo dijo...

tía, pues no te hagas arquitecto y menos montes un estudio....q yo no solo tengo sino que debo a hacienda... y lo que es mas gordo, sin querer deber!!!
En fincomo dice tanatos,mucha suerte con la entrevista.
Un besin
Lu